Embarazo y práctica de yoga y asana: Mi experiencia personal.

¿Cuáles serían las renuncias que conllevaría la gestación?
Me invadió una sensación de vértigo ante la inminencia de cambios. Me inquietaba la incertidumbre respecto a cuáles serían estos en mi cuerpo, en mi trabajo como profesora de yoga y danza, el cual amo y llena de sentido mi día a día, y en mi sadhana o práctica personal de yoga, de la cual me hallaba en un momento esplendoroso.
La
maternidad era un anhelo o tendencia que naturalmente se manifestaba
en mí. Frente a una gran incertidumbre, lo único que veía con
cierta claridad era que no habría querido volver la vista atrás al
cabo de los años y ver que el apego a mi vida, a mi rutina o a mis
proyectos me habían apartado de la experiencia, de algún modo
dharmica
o vocacional, de ser madre.
La intrepidez con la que había
emprendido mis sueños en otros momentos me parecía una futilidad en
comparación con la valentía que se reclamaba de mí en estos
instantes: un desapegado coraje para decir sí a la vida, lanzarme a
ella cual río y fluir sin resistirme a sus tiempos, a sus planes, a
su devenir; dejando marchar lo que ha de marchar, dejando venir lo
que ha de venir. Un cierto autodescentramiento o cese en la
pretensión de ser yo quien impone a la vida, y rendición a ella cual verdadera maestra que es.
La
tesitura en la que me hallaba me hizo darme cuenta del aferramiento
que había desarrollado a la práctica de asana. Recordé la parábola
de la balsa de Buda y me vi a mí misma lastrada, portando una pesada
balsa sobre mis hombros. La maternidad se presentaba como una
oportunidad para practicar un yoga un poco más maduro, el del amor,
la confianza, la entrega, la sensibilidad, la aceptación, la
escucha, el desapego. Me abrí a la experiencia de adaptar mi sadhana
cada día al cambio constante de la vida, un cambio que se hacía
ahora manifiestamente palpable con el embarazo. Pronto tuve que dejar
marchar río abajo los progresos en asanas complejas como parsva
bakasana, eka pada koundinyasana, en saltos, torsiones profundas
o en ejercicios como rajas
uddiyana bandhasana
o nauli,
a lo que poco a poco iba restando importancia ¡Ya las retomaría más
adelante o incluso comenzaría de cero! Empecé a sentir el yoga
verdaderamente como el eterno camino que es, y la ilusoriedad de
cualquier conquista dentro del mismo.
Pregunté a mi matrona, recurrí
a apuntes, libros y sitios web para consultar contraindicaciones
y consejos para la práctica de yoga en los
distintos trimestres del embarazo, y sobretodo tomé la propia
escucha e instinto como referencia principal.
El
requerido reajuste constante a los cambios del cuerpo refrescaba mi
atención y presencia. Mi respiración era diferente, también mi
ritmo cardíaco y mi peso corporal. Comenzaba a percibir el acceso a
la musculatura abdominal limitado, y ello me hizo recurrir mucho más
al trabajo de mula bandha
para la alineación. ¡Era como practicar con un cuerpo distinto!
Jugaba con mis nuevas medidas, variando la separación de mis piernas
y colocación de mis manos en Surya
Namaskar.
En mi nuevo paschimottanasana
la flexión hacia delante era menos intensa, sin embargo me sumergía
en otros aspectos del asana como el estiramiento de mis
isquiotibiales, las sutilezas de la colocación de mis pies y sus
dedos, la rotación hacia atrás de mis isquiones y la elongación de
mi columna vertebral. Algunos días me sentía un poco más fatigada
e introducía pequeños savasana
durante la práctica o alternaba las asanas más exigentes con otras
que me servían de descansos activos. Otros días sentía mi
capacidad respiratoria mermada en asanas invertidas como halasana
o sarvangasana;
en su lugar introducía setu
bandha sarvangasana, urdhva prasarita padasana
o Viparita
Karani.
Comencé a realizar variados movimientos y posiciones con mis brazos,
descubriendo el amplio rango de movilidad de mis hombros.
La
confianza en la sabiduría de mi cuerpo me hacía sentir
especialmente creativa y libre para el trazado de nuevas rutas,
variantes y posibilidades.
Desperté
a la belleza de practicar lento, con menos enlaces o vinyasa.
Aprendí que suavidad no está reñida con profundidad; que una
práctica suave y amable puede llevarte a una inimaginable
profundidad en matices y sutilezas.
La
vida explosiona
cuando
permites que sea,
te
rindes a su sabia voluntad
cesando
en las ingenuas pretensiones de control.
Glosario de términos:
Asana: Postura corporal.
Dharmica: que se ajusta al dharma, entendido como "lo que sostiene el orden cósmico"; aquellas acciones virtuosas, correctas, que se ajustan al sentido del deber por contribuir a dicha armonía universal.
Dharmica: que se ajusta al dharma, entendido como "lo que sostiene el orden cósmico"; aquellas acciones virtuosas, correctas, que se ajustan al sentido del deber por contribuir a dicha armonía universal.
Eka pada koundinyasana: Postura de fuerza y de equilibrio sobre los brazos.
Halasana: Postura del arado.
Mula bandha: Práctica yóguica con efectos orgánicos y energéticos que se realiza por la contracción o suave succión hacia arriba del esfinter anal y el tracto urogenital o suelo pélvico.
Nauli: Técnica de movilización de la musculatura abdominal que tiene efectos orgánicos y energéticos.
Parsva bakasana: Variante lateral de la grulla, postura de fuerza y equilibrio sobre brazos.
Paschimottanasana: Postura de flexión hacia delante, conocida como la postura de la pinza sentada.
Rajas uddiyana bandhasana: Técnica de movilización de la musculatura abdominal que tiene efectos orgánicos y energéticos.
Setu bandha sarvangasana: Postura del puente.
Sadhana: Práctica constante y regular con un objetivo espiritual.
Salamba sarvangasana: Postura de la vela.
Samskaras: Impresiones latentes, tendencias, creencias, patrones, hábitos o surcos de la mente. Cuando son negativos nos limitan y condicionan desfavorablemente. La observación nos permite hacerlos conscientes y neutralizarlos fomentando los opuestos positivos.
Savasana: Postura del cadáver. Postura de relajación sobre la espalda.
Savasana: Postura del cadáver. Postura de relajación sobre la espalda.
Surya namaskar: Saludo al sol. Una de las prácticas fundamentales del Hatha Yoga en la que se enlazan distintas posturas y se coordinan con la respiración.
Udhva prasarita padasana: Postura de levantamiento de piernas extendidas.
Udhva prasarita padasana: Postura de levantamiento de piernas extendidas.
Vinyasa: Método característico de los estilos dinámicos de yoga, en los que los asanas se enlazan entre sí, sincronizándolos con la respiración.
Viparita karani: Postura invertida.
Viparita karani: Postura invertida.
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